Después de una siesta,
abrir la ventana y dejar pasar el aire
las gotas que caen, limpian y riegan el jardín
y a mí me huele a jazmín.
Ohh, que sensaciones tan agradables experimento,
para recibir la estación otoñal despúes de un rico polvo,
postureando bailando y sonriendo al colorido atardecer
que favorece mi tez.