Enamorados estaban, el fuerte dopado, el pequeño pero astuto, de la guapa e inteligente gala.
Todos suspiraban por Ella.
Ella también suspiraba, pero de otro aldeano.
Anhelantes estaban otros, pero no de amor, sino de poder romano. Utilizaban a su alcance todas las tretas, con espada en combate por delante, con el disimulado arte del arsénico o por detrás con el afilado puñal .
Yo también suspiro, quizás soñando por un mundo mejor y por tener una amistad como la de Falbala, para conversar, yo escuchar la lira y y ella mis canciones.
María swingers-lifestyle.Tributo
a Uderzo.
Saludos primaverales.
