En una mesita, sentado, con velita estás,
permaneces bien trajeado, perfumado y apuesto,
las campanadas de fin de año van a tocar,
miras a tu alrededor y ves a la gente bailar,
tu eres el maniquí que todo el mundo mira y nadie toca,
yo te miro y tus acuosos ojos veo,
te hago sonreír
cuando mi pecho contoneo
además subo lentamente la falda por mi pierna
llego hasta mi cadera y ves mi sexy tanguita,
tu pájaro sale del nido,
me doy cuenta de que
estás vivo,
necesitas amar
yo también quiero sentir,
sentirme deseada,
sintamos y amemos y volemos.
Ahora tenemos más valor:
El valor del ser y del estar.
Voy a comentar mi publicación, mi post, mi ganas de expresar sentimientos.
El valor del ser es muy amplio, más todavía que el post que he escrito.
Yo lo he enfocado desde la perspectiva de la empatía y de no ignorar a cualquier ser viviente, que si le apreciamos que si nos aprecian con una mirada, un apretón de manos y nos dicen nuestro nombre ya nos están dando valor.
Por supuesto apuesto por poner en práctica la ética
La empatía
Las ganas de superarse, de aprender de curiosear.
La humildad
Las ganas de ayudar
Las ganas de intentar hacer las cosas bien y no perjudicar a nadie.
María swingers-lifestyle.
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Ser empáticos nos hace más sutiles, más humanos. Apreciar al prójimo denota cuánto amor tenemos por nosotros mismos.
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Acertadísimo.
Un abrazo. María.
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